El estilo crítico de Malagón es inconfundible. Sus viñetas reflejan la trayectoria de quien disfruta de su trabajo y mantiene la ilusión de los comienzos. “Hay muchas viñetas por hacer. Hay muchas injusticias por las que luchar y voy a intentar poner toda la carne en el asador”, asegura.
Muy vinculado a Alcalá, Malagón no ha querido perder de vista la ciudad que le ha dado tanto y continúa emprendiendo nuevos proyectos como el reciente diseño de las camisetas para nuestro equipo de fútbol.
Sus inicios
Quizá es más habitual soñar con ser médico, abogado o, incluso, astronauta pero, nuestro vecino tenía claro que quería dedicarse al arte. Todo un acierto.
Comenzó estudiando historia del arte porque era escéptico sobre las salidas de Bellas Artes. “Elegí la primera opción porque dudaba que Bellas Artes fuera un camino que diera de comer”. Aunque su decisión fue racional, lo cierto es que no fue capaz de abandonar lo que realmente le gustaba: dibujar.
Su andadura profesional comenzó en la Universidad de Alcalá de Henares, trabajando en la Dirección General. “Eso me abrió un mundo enorme porque allí se encontraba el germen de las muestras de humor gráfico”.
¿Mi mayor logro? supongo que sobrevivir con esta profesión
La expresión del humor
“Renuncié a mi trabajo en una mesa con corbata y sueldo indefinido para ser dibujante”. Dicho y hecho. Sus viñetas, ácidas y reivindicativas, son la máxima expresión de ese propósito.
Colaborador en El País Semanal, ABC y Forbes, entre otros, sus obras han sido alabadas y criticadas. “A veces, el meter una denuncia social te granjea lógicamente enemigos, supongo que no les gusta”. Malagón reconoce que las redes sociales son un arma de doble filo y que, al igual que son un gran escaparate, potencian las críticas. Nuestro vecino lo sabe bien. Ha vivido en primera persona las peores consecuencias de la libertad de expresión con el secuestro de la revista satírica “El Jueves”. “Yo fui uno de los 17 dibujantes que salimos por esa famosa portada del Rey” y, aunque confiesa que no fue agradable, Malagón tiene claro que forma parte de su trabajo: “A veces triunfamos y, a veces, no”.
Muy unido a Alcalá
“Siempre hay un proyecto, siempre hay un amigo, siempre hay un motivo para volver a esta ciudad”. Malagón siempre lo encuentra y, aunque ya no resida en Alcalá de Henares, sigue muy vinculado a su ciudad natal. Una ciudad con la que colabora muy estrechamente, prueba de ello, el diseño de la nueva equipación de la RSD Alcalá. Una nueva incorporación a su currículum que se suma al diseño de la cartelería del ayuntamiento y otras colaboraciones de las que guarda un buen recuerdo. Tanto es así, que el Palacete de Laredo, sede de la Fundación General en la que trabajó, es su rincón favorito de Alcalá. “Durante años lo recorrí de cabo a rabo. Me sé todos los escondrijos que hay. Me encantaba”.
Malagón sigue dejando su impronta y viviendo su sueño pese a que, el auténtico logro es “sobrevivir con esta profesión”, confiesa.