OPINIÓN: El 9 de octubre fue un día festivo atípico en Alcalá de Henares. El espectáculo que ofrece el Mercado Cervantino ha sido suplido este año por el espectáculo bochornoso ofrecido entre la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Sanidad. Ese día la ciudad celebró no sólo el 473 aniversario del bautismo de su escritor más ilustre, Miguel de Cervantes, también que se quedaba fuera del Estado de Alarma al tener una tasa inferior a 500 casos por cada 100.000 habitantes, el tope fijado por el ministro Salvador Illa.
El día en el que los alcalaínos estaban pendientes de hacer planes para el puente del Pilar o la Hispanidad, la Corporación municipal celebró la procesión cívica con la partida bautismal, el único acto que celebró el Ayuntamiento de la agenda habitual. Sin embargo, hubo otro, llevado a cabo con nocturnidad, que le restó protagonismo al promovido por las autoridades. Grupos patrióticos que unos días antes ya habían actuado en el parque de Roma, junto a la M-30 madrileña, colocaron banderines españoles en el césped junto a la muralla en homenaje a las víctimas mortales del Covid19.
El alcalde respondió en su twitter molesto por el hecho de que estos grupos usen la bandera española y además hubiesen dañado el césped. En menos de 12 horas, antes de que la procesión tuviese lugar, los banderines ya habían sido retirados.
Don Javier Rodríguez Palacios ya no se acuerda que este año no, por el coronavirus, pero en anteriores, cada 14 de abril el PSOE, Juventudes Socialistas y UGT se suben a la glorieta de Manuel Azaña, en la intersección entre el Paseo de Pastrana y Ronda Fiscal, para homenajear a la II República y a Manuel Azaña, nuestro otro ilustre alcalaíno. Y además van con banderas republicanas, incluida en la cinta del ramo de 13 rosas que le ofrecen a la estatua. Debe ser que ese césped es mucho más resistente.