Darle continuidad al proyecto. Ofrecerle más responsabilidades al técnico para que, de esa manera, pudiese crear una plantilla a su gusto. Esas fueron las directrices marcadas por la RSD Alcalá durante este pasado verano. El camino era claro: otorgarle toda la responsabilidad deportiva a Jorge Martín, el técnico del primer equipo.
Se confiaba en él a pesar de que la pasada campaña no había sido buena. Después de muchos años metiéndonos en los playoff, el equipo se quedaba fuera, muy alejado de los cuatro primeros. Es más, le tocaba sufrir para mantener la categoría en Tercera división. Sin embargo, y con todo, la confianza era máxima en Jorge Martín y su trabajo.
Con el nuevo año y las pilas recargadas, arrancaba un nuevo reto, el de volver a pelear por estar entre los cuatro mejor equipos de la Tercera madrileña. Un reto nunca sencillo, teniendo en cuenta la dificultad de la categoría, pero un reto que no ha comenzado de la mejor manera posible.
Más allá de la parte negativa que muestran los resultados, las sensaciones no han sido del todo malas
Porque el Alcalá ha sumado solo una victoria en los seis primeros partidos ligueros. Una victoria en el derbi frente al Torrejón de Ardoz que fue un oasis en mitad del desierto. Una victoria que nos mostró a lo que puede llegar un equipo que, en las jornadas sucesivas, ha vuelto a mostrar su peor cara.
Desde entonces, el conjunto rojillo ha encadenado un empate y dos derrotas. Un pobre bagaje que ha provocado que los de Jorge Martín estén situados en el puesto dieciséis de liga, empatado a puntos con el Torrejón y el Villaverde, equipos de descenso. Pero, más allá de la parte negativa que muestran los resultados, las sensaciones no han sido del todo malas. Sobre todo, en Móstoles, donde el equipo cayó por la mínima después de pelear durante todo el partido.
Ahora toca remar todos juntos para salir de esta mala situación, luchando por volver a llevar al Alcalá al lugar que merece.