La Universidad de Alcalá se encuentra a la vanguardia no solo de la investigación, sino también de la lucha contra el cambio climático. Por ello, no debe sorprendernos que el grupo de trabajo de la Cátedra de Medioambiente haya presentado resultados satisfactorios en la investigación que lleva cuatro años realizando, acerca de la utilidad de unos nuevos e innovadores "bioproductos". Muchas veces pensamos que el futuro será de metal o plástico, pero quizá se encuentre en el uso de la madera: el biochar, el wood vinegar y el biobetún, elaborados con restos vegetales agrícolas, han sido el centro del trabajo de la Cátedra durante este tiempo, dentro de la iniciativa de la Comisión Europea "Life", para encontrar soluciones que ayuden a mitigar los efectos del cambio climático.
Obtenidos por medio de la transformación de residuos leñosos, los nuevos bioproductos podrán aplicarse para mejorar la producción agrícola y el control de las malas hierbas, reduciendo el impacto que estas labores puedan tener sobre el medio ambiente. ¿Qué conclusiones se han alcanzado sobre cada uno de estos tres innovadores "bioproductos"? Hoy se ha recapitulado acerca de los 3 años de trabajo en el proyecto de la Universidad, "Lignobiolife, en una reunión de los ocho socios participantes en la iniciativa. Cabe destacar que la investigación ha contado con una financiación europea de 1,3 millones de euros.
El biochar es uno de los "bioproductos" en torno al cual se ha centrado la investigación. Se trata de una especie avanzada de carbón vegetal que se ha probado en el cultivo de maíz, tomate, lechugas, lavandas y trufas. La aplicación de este carbón en el ámbito agrícola no solo ha incrementado la producción hasta un 70%, sino que también destaca por su contribución a las reducción de las emisiones de Co2, uno de los gases que más contribuyen al efecto invernadero. El carbón biochar es capaz de "secuestrar", a través de las plantas que ayuda a cultivar, el dióxido de carbono: esta cualidad ayuda a alimentar los cultivos y, al mismo tiempo, a depurar nuestra atmósfera. En una imagen publicada por la Universidad podemos observar la cuantiosa diferencia de tamaño entre unas mazorcas cultivadas con biochar (izquierda) y si la utilización del bioproducto (derecha).
El vinagre de madera o wood vinegar podría sustituir a otros pesticidas químicos más agresivos en materia de control de las malas hierbas. Los investigadores indican que, tras confirmar la eficacia del bioproducto como herbicida, podría dejarse de lado la polémica utilización del glisofato. Esta sustancia herbicida, muy extendida en el mundo, ha sido prohibida por numerosas instituciones por su posible relación con procesos cancerígenos.
Cinco importantes revistas científicas se han hecho eco de las prometedoras cualidades de los "bioproductos" mencionados
El asfaltado de carreteras, que se realiza prácticamente a diario, podría ser menos perjudicial si en él se emplease el betún con el que han trabajado los investigadores de la UAH. Se trata de una alternativa, indican los científicos, que "puede usarse como alternativa natural a los productos procedentes de combustibles fósiles, reduciendo así la huella de carbonos de numerosas obras de infraestructuras".
Los resultados de la investigación de la Universidad no se han presentado solo en esta reunión, pues cinco importantes revistas científicas se han hecho eco de las prometedoras cualidades de los "bioproductos" mencionados. La difusión de la investigación, además, ha permitido establecer contacto con empresas e instituciones que garantizarán la continuidad de las investigaciones. No es de extrañar que la investigación haya suscitado interés en la comunidad científica, pues la Cátedra de Medio Ambiente encargada de la investigación es un referente europeo en la investigación sobre el aprovechamiento de residuos forestales y agrícolas que normalmente acaban siendo quemados, con el prejuicio para el medio ambiente que esta combustión supone.