La Comunidad de Madrid ha anunciado el cierre definitivo de los 37 SUAP que venían prestando servicio a las urgencias extra hospitalarias hasta el inicio de la Pandemia, dejando en su lugar tan solo diez centros de atención continuada, que pasan a denominarse PAC (puntos de atención continuada), seis de ellos estarán en grandes municipios de la región -Alcobendas, Colmenar Viejo, Fuenlabrada, Pinto, Rivas-Vaciamadrid y Tres Cantos-; y cuatro más en otros tantos distritos de la capital -Arganzuela, Villa de Vallecas, San Blas y Latina-. Estos centros mantendrán el horario de los antiguos SUAP, cubriendo la actividad en el horario en que los ambulatorios están cerrados. Se podrá acudir a ellos entre las 20.30 y las 8.30 los días laborables de lunes a viernes y durante las 24 horas del día los sábados, domingos y festivos. Consideramos que esta reorganización es, en realidad, un recorte de los servicios asistenciales que presta el SERMAS, sin que exista un modelo alternativo al anterior que justifique esta reducción, y todo ello en un contexto de degradación de la Atención Primaria, que cada vez presenta mayores carencias en cuanto a la accesibilidad, calidad y longitudinalidad de la asistencia.
Aunque, Tres Cantos tendrá un nuevo centro en el futuro, es un hecho aceptado por todos que la Atención Primaria de Salud (AP) es un pilar fundamental para lograr el derecho a la protección de la salud de la población y es clave para el estado de bienestar, así como para garantizar una atención integral y equitativa. Durante los últimos 25 años se ha dejado de apoyar, y han aumentado las carencias por falta de inversión, recursos, renovación y rejuvenecimiento de plantillas, etc., existiendo una responsabilidad compartida tanto del PSOE como del PP, por ser los partidos que han ocupado responsabilidad de gestión a nivel Estatal y autonómico.
Esta situación se ha visto empeorada con la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia por SARS-CoV-2. De hecho, a lo largo de todos los meses de pandemia, la AP ha venido compaginando las actividades asistenciales esenciales con la respuesta a la pandemia, desarrollando, conjuntamente con los equipos de salud pública, la vigilancia epidemiológica en la comunidad y el diagnóstico, el seguimiento de contactos y el manejo de pacientes asintomáticos y casos leves. Entre las medidas adoptadas con motivo de la Pandemia se encuentra el cierre de los SUAP (servicio de urgencia de atención primaria) aduciendo la imposibilidad de garantizar un doble circuito a pacientes Covid y no Covid. Sin embargo, una vez superada esta fase de la pandemia, los SUAP han permanecido cerrados, hasta ahora, que se anuncia una reorganización, reduciendo en la practica el número de Centros con capacidad de atender asistencias no demorables, pero que no requieren para su atención de una infraestructura hospitalaria, pasando de 37 a 10.
La verdadera razón de estos cierres es la falta de personal sanitario, como el resto de problemas y carencias de la atención primaria, pues cada vez hay un mayor déficit de profesionales. No hay el suficiente relevo generacional. Muchos médicos no quieren trabajar en AP por la falta de medios, precarias condiciones de trabajo, imposibilidad de conciliar, etc., lo que deriva en una aun peor perspectiva de futuro, consecuencia del mencionado deterioro al que se ha sometido a la atención sanitaria, y en especial a la Primaria.
Los Servicios de Urgencia de Atención Primaria deben reponerse en su totalidad con celeridad
Ante esta situación es necesario instar a las autoridades sanitarias autonómicas y Estatales adoptar medidas urgentes a corto medio y largo plazo. A corto plazo:
Los Servicios de Urgencia de Atención Primaria deben reponerse en su totalidad con celeridad, o en su caso organizar un modelo alternativo, diferente a la urgencia hospitalaria, o el servicio de atención telefónica, que garantice las asistencias no demorables con la suficiente cercanía, accesibilidad, y eficacia para toda la población madrileña, en igualdad de condiciones.
Se deben tomar medidas organizativas acordes con la excepcionalidad de la precaria situación actual, y realizar las inversiones necesarias en recursos humanos y técnicos, para evitar el colapso del sistema sanitario madrileño, tanto urgente como programado. A medio Plazo:
Dotar a la Atención Primaria de los medios necesarios, tanto tecnológicos como al acceso de pruebas, para que no sea la puerta de entrada al sistema, sino también la puerta de salida, dar en definitiva mayor capacidad de resolución y más eficacia a su labor.
Incrementar las plantillas y los cupos para garantizar su disponibilidad y mejorar las condiciones laborales, de manera que permita disponer del tiempo necesario para poder actuar adecuadamente con los pacientes y, de este modo, mejorar la asistencia.
A largo plazo:
Hace falta una restructuración en profundidad del modelo de AP que incluya las asistencias no demorables en todo momento. Se cuenta con un buen marco teórico reflejado en las conclusiones del Dictamen de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados en lo referente a Atención Primaria, así como en el documento aprobado por el CISNS el pasado mes de diciembre.
Por todo lo anterior proponemos, a nivel de la Comunidad de Madrid, establecer una Alianza entre todas las fuerzas políticas, Asociaciones de pacientes, sociedades científicas, colegios profesionales, y administración, incluyendo a las corporaciones locales, orientada a poner en marcha y trasladar a la realidad el conjunto de recomendaciones recogidas en los documentos mencionados.