Llegamos a la recta final de la legislatura y podemos afirmar, con orgullo, que estos tres años nos hemos dejado la piel para, desde el Gobierno municipal, sacar Alcorcón de la ruina y empezar a dibujar el futuro de nuestra ciudad. Nuestro principio ha sido convertir la esperanza en Gobierno y la gestión en garantía de futuro. Alcorcón nos corre por las venas y, durante esta legislatura, nos hemos esforzado en transformar el amor hacia nuestra ciudad en políticas públicas pensadas para las vecinas y vecinos.
Lo demuestran nuestros esfuerzos por convertirnos en la Capital del Reciclaje para liderar la transición ecológica en el sur de Madrid, resolviendo la crisis de las basuras, mejorando la limpieza del municipio y cogiendo una empresa pública, ESMASA, que estaba al borde de la disolución, y poniéndola a ganar premios nacionales e internacionales (Premio Pajarita Azul y los Premios Internacionales Escoba de Plata y de Oro). También apostando por el reciclaje de barrio con 50 puntos limpios, 100 contenedores para el aceite vegetal usado y 9 composteras comunitarias.
Un amor que se traduce en nuestros esfuerzos por ser una Ciudad Violeta que cuide desde la cercanía con una red de establecimientos contra la violencia de género, multiplicando por tres el presupuesto de ayuda a domicilio, haciendo gratuita la teleasistencia para mayores de 80 años u organizando el festival feminista “La Cultureta”, entre otras tantas medidas.
Empujamos hacia una comunidad energética local con políticas ambiciosas para poner en marcha “la revolución de los tejados” mediante la instalación de energía solar fotovoltaica: ayudas a particulares, aprovechamiento de las cubiertas de los edificios públicos, cambio del alumbrado de la ciudad a LED y, como hemos anunciado recientemente, 350.000 euros dirigidos a que las empresas locales se sumen a la transición energética.
Nuestro principio ha sido convertir la esperanza en Gobierno y la gestión en garantía de futuro
Además, sumamos proyectos para salir a ganar el futuro, tal como haremos con la nueva sede sostenible de ESMASA en Urtinsa o el proyecto de economía circular en Ventorro el Cano, que servirán de estímulo para la economía verde en el sur de Madrid. Y podríamos seguir: esfuerzos para un Alcorcón joven, diverso y con memoria, mediante el cuidado de la salud mental y dando espacios de homenaje en nuestra ciudad a figuras tan variadas como Jota Mayúscula, Ndombele Augusto Domingos y Almudena Grandes.
Trabajo por un Alcorcón próspero y emprendedor mediante el apoyo al comercio local, los certámenes de “Alcorcón, Cultura Gastronómica” y la consolidación del IMEPE. Políticas para ganar la plaza pública, como el plan de entornos escolares y saludables, la recuperación de la Piscina de Santo Domingo o la ampliación de los horarios de las fuentes de chorros para combatir el calor veraniego. El impulso a la movilidad sostenible para tener un aire limpio mediante el servicio de alquiler de motos eléctricas o nuestro proyecto de conectar la red ciclista con Móstoles y Leganés…
Y nos dejamos muchísimas cosas en el tintero, pero quien mire atrás podrá comprobar todo el camino que hemos recorrido durante este tiempo. Sin embargo, para nosotros esto no es más que el principio. Ahora toca sumar a toda la ciudad para enfrentar grandes retos de nuestro tiempo, tales como la emergencia climática, la desigualdad, la reparación de la brecha generacional o la reivindicación de las ciudades como lugares para vivir, trascendiendo la lógica estrecha del modelo de ciudades-dormitorio. Durante estos tres años hemos devuelto a Alcorcón la capacidad de dibujar su propio futuro. Ahora, nos toca salir a ganarlo.