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‘Smoking room’ o cómo los intereses personales se anteponen al bien común
La adaptación teatral de la aclamada cinta española se sube a escenario villaodonense
Villaviciosa de Odón |

Ley antitabaco. La sucursal española de una empresa americana deja de permitir que sus empleados fumen dentro del trabajo. Si quieren fumar en horario laboral, deben salir a la calle. Algo que cabrea a los trabajadores fumadores y que empuja a uno de ellos a recoger firmas para crear una sala, una ‘Smoking room’, en una de las habitaciones que la empresa tiene en desuso para poder fumar sin exponerse a la intemperie. Bajo esa premisa comienza la trama que llega a Villaviciosa de Odón el 6 de abril. Una decisión simple, un posicionamiento aparentemente sencillo, pero en el que hay que involucrarse. Formar parte de una pequeña ‘lucha’ interna. Eso ya no es tan fácil.

‘Smooking room’ es la adaptación teatral de la homónima película española, considerada una de las más celebradas del cine español de los últimos tiempos, que saca a la palestra una de las grandes debilidades de nuestra sociedad: la generosidad. Esa que, cuando se trata de que el bien común impere sobre los intereses personales, suele brillar por su ausencia.

‘Smooking room’ es la adaptación teatral de la homónima película española, considerada una de las más celebradas del cine español de los últimos tiempos

Una escenografía sencilla, con varios escritorios antiguos de los años 80. Luz de fluorescente y moqueta en el suelo. No hay ventanas. La función se desarrolla con todos los personajes en escena durante toda la obra, y solo se iluminan los espacios en los que está sucediendo la acción.

Para completar la apuesta, un reparto que se mete en el papel de forma maestra. Edu Soto, especialmente, consiguiendo ganarse al público como de costumbre. Uno de los grandes actores de nuestro país que se sube al Auditorio Teresa Berganza junto a sus cinco compañeros de cartel: Secun De La Rosa, Miki Esparbé (el instigador a la rebeldía que se queda solo), Manuel Morón, Pepe Ocio y Manolo Soto. Ineludible.