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“Tengo un sueño que es ser Campeón del Mundo y de Europa de manera individual”
Conocemos al karateca sanfernandino Sergio Galán, presente y futuro del deporte español

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Entrevista con Sergio Galán

San Fernando |

Esconde en sus respuestas elaboradas la inocencia de un chico de 23 años. Contrarresta sus caras de concentración sobre el tatami con una sonrisa constante cuando nos recibe en el Centro de Alto Rendimiento en Madrid. Hasta allí viaja, todos los días, desde su San Fernando de Henares natal. Y es allí donde se crea al futuro Campeón del Mundo de karate.

Sergio Galán es un tipo humilde, cercano y muy abierto. Es metódico, trabajador y muy serio. Quizá, nunca ha seguido los cánones de los chicos de su edad. Mientras ellos pasaban sus horas muertas en la calle, él las empleaba en un gimnasio. Así se preparaba el que según muchos es el nuevo Damián Quintero.

Nos recibe en la zona de karate del CAR como si se tratase de su casa. Antes, eso sí, debemos descalzarnos. Después, disfrutamos de la conversación con un deportista que se ha hecho a sí mismo, sabiendo superar los baches que le ha ido poniendo la vida y el deporte. Fue su hermano el encargado de meterle en el cuerpo el ‘gusanillo’ del karate. Ahora, como nos cuenta entre risas el propio Sergio, el pupilo ha superado al maestro.

El camino a la cima

“La gente piensa que esto es fácil, pero es bastante complicado. Es la primera reflexión que nos da Sergio al preguntarle por su día a día como deportista de élite. “Entreno de 10:00 a 13:00 horas y de 15:30 a 18:00 horas todos los días. Y, luego, cuando estás fuera, también te tienes que cuidar, porque un deportista de élite no se puede descuidar, ni con la alimentación ni con el descanso. La mayoría del tiempo lo paso pensando en karate”.

De su vida normal, de ese Sergio que no era una realidad en el karate mundial, echa de menos el poder pasar más tiempo con sus amigos. Sin embargo, reconoce que “no cambiaría nada, porque, al final, tengo un sueño que es ser Campeón del Mundo y Campeón de Europa de manera individual”.

Un deportista de élite no se puede descuidar, ni con la alimentación ni con el descanso. La mayoría del tiempo lo paso pensando en karate

Serlo le haría igualar a Damián Quintero, del que explica “es mi referente. Tengo la suerte de entrenar con él todos los días y es el número uno no porque gana siempre, sino porque veo cómo entrena y es un fuera de serie”. Pero esa admiración no le hace variar su camino: Damián es Damián y yo soy yo. Esperemos que algún día pueda igualarle o superarle”.

Cinco aros en la cabeza

En su cabeza, como en la de cualquier deportista, hay una meta muy clara: participar en unos Juegos Olímpicos. Él, al ser karateca, sabe que el futuro olímpico de su deporte es incierto, aunque confía en una cita: París 2024. “Mi cabeza estaba muy centrada en asistir allí y todavía tenemos una opción de estar allí. Esperemos que el COI rectifique la decisión y, finalmente, estemos allí compitiendo”.

El ser o no ser del karate como deporte olímpico supone mucho más que acudir o no acudir a París o Los Ángeles. De ello depende el futuro de miles de deportistas que reciben beca por practicar un deporte que es olímpico. “Si no fuera deporte olímpico no tendría beca y no podría estar aquí”, asegura, resignado, el propio Sergio Galán.

Sanfernandino de corazón

Entre todos, lucharemos para que no sea así, para que el Comité Olímpico Internacional reaccione, recapacite y entre en razón. En París 2024 tendría la oportunidad de representar a su país y a su municipio: “para mí, representar a San Fernando es un orgullo, porque llevo viviendo allí desde que soy pequeñito y, la verdad, es que me apoyan muchísimo. Ahora, me van reconociendo por la calle los vecinos y seguiré representando a San Fernando con mucho honor”.

El futuro nadie lo conoce, aunque el de Sergio estará plagado de éxitos si continúa en esta línea de trabajo. Lo que sí quiere es que se le recuerde dentro del karate como “una persona que luchó por sus sueños y que, a pesar de que tuvo momentos muy complicados, se levantaba y conseguía lo que se proponía. Tu objetivo, Sergio, cada vez está más cerca.