El pasado día 7 estuvimos en Vallecas con Monasterio y Abascal, y también con cientos de afiliados y simpatizantes que acudieron a la cita para escucharlos.
El Gobierno sociacomunista mandó a sus brigadistas a reventar el acto con pedradas y botellazos; hay varios heridos que dan prueba de los “argumentos” que usa la izquierda. A la Policía, presente en gran número, el ministro del Interior no le permitió cumplir su función de garantizar el orden y el ejercicio de la libertad dentro de la ley. A la salida del acto, hubo asistentes que tuvieron que esperar horas para poder volver a casa, refugiados en los distintos comercios que les acogieron para protegerles. Así funciona la izquierda cuando tiene poder: roba a manos llenas, cargándose todas las posibilidades de salir adelante y, para evitar las protestas y alternativas, recurre a la violencia gubernamental, la más grave.
Pues sabed, que aquí seguimos, diciendo en Vallecas lo que decimos en Pozuelo, porque VOX dice lo mismo en toda España: la libertad y la democracia están en peligro porque los que nos malgobiernan son totalitarios y liberticidas.
Los dirigentes progres, que son malos pero no tontos, han percibido con claridad quién les hace frente y llegará a hacerles sombra y esa es la razón de su violencia a VOX que, ejercida desde el propio Gobierno, se parece cada vez más a la de Cuba y Venezuela. VOX no vuelve la cara, no se esconde; defiende la libertad y la seguridad de todos; defiende el cumplimiento de la ley para que los ilegales sean devueltos a sus países, para que las viviendas de todos estén libres de okupas; defiende el comercio legal frente a manteros y otros sinvergüenzas.
Además, los progres de todos los colores, desde el centro a los separatistas y filoetaras, son conscientes de lo más importante: VOX no da ni un solo paso atrás.