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Morir de éxito
Opinión de Ana de Santos
Opinion |

El que Isabel Díaz Ayuso ha dado una vuelta a la popularidad (valga la redundancia) del Partido Popular, no es un secreto para nadie y todas las encuestas (hasta las de Tezanos) la marcan como ganadora de unas elecciones que se vio obligada a convocar para reforzar su liderazgo.

Pero más allá de estos datos positivos, desde las filas populares cuentan con VOX para poder gobernar, ya que, si se diese la circunstancia de que los de Monasterio (porque es ella y no Abascal, la que se la "juega" el 4 M) bajasen el número de votos hasta quedarse fuera del parlamento madrileño, los escaños del partido verde se repartirían entre todos los que sí que llegasen al mínimo para conseguirlos y entonces, la actual presidenta no tendría con quién pactar para alzarse con el gobierno.

La suma de la derecha y la izquierda suelen estar muy cercanas en nuestro país. Pero esto es así en el número de votos, no siempre en el reparto de escaños, que requiere de unos porcentajes importantes para hacerse con diputados y poder así formar (o no) gobierno. Cuando se baja del 5% de los votos, te quedas sin representación y todos esos votos (que no son pocos), no habrán servido para nada y, probablemente, beneficien al lado contrario.

Así que, en el escenario ideal para el PP, Ayuso conseguiría una amplia mayoría que le permitiría gobernar en solitario. Pero en el Madrid de mayo de 2021 hay muchas posibilidades de que esto no sea así, y viniendo de haber conseguido solo 30 escaños de 132 con los que contaba el hemiciclo en mayo de 2019 y haber sido solo la segunda fuerza más votada, el que las previsiones la sitúen como la primera fuerza en Madrid sería una estupenda noticia, si no fuera porque puede que los demás sumen más que ella sola. Por eso Isabel Díaz Ayuso necesita a Monasterio para hacerse con el gobierno de Madrid. O eso, o que todos los votantes de VOX se decanten por el PP el próximo 4 de mayo.

Esperemos que este pacto para gobernar no le ate las manos al gobierno popular, porque si hace pocas fechas Ayuso se quejaba de que su acuerdo con Ciudadanos no le había permitido conseguir unos presupuestos para la región, puede que los nuevos socios no sean mucho más manejables. En todo caso, las urnas dirán de quién será el gobierno, y los acuerdos ya se los buscarán los líderes de unos y otros partidos.