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El Centro Penitenciario acoge su primera exposición de un artista externo
Una muestra de pintura entra en una cárcel en activo de forma pionera
Navalcarnero |

Por primera vez, un centro penitenciario en activo -concretamente el C.P. Madrid IV Navalcarnero- acoge una muestra de pintura de un artista externo, Ikella Alonso (Madrid, 1971). Se trata de una exposición disponible desde el 7 de julio hasta el próximo 31 de agosto y que recoge, también de forma pionera, y como segundo aspecto novedoso, una retrospectiva sobre el espacio de la obra de este pintor, denominada "Pintura en Interior 2002-2022". Toda la obra pictórica está basada en interiores, con el cuadro como espacio cerrado:En La Nave pude ver, para mi asombro, a la arquitectura convertida en pintura, por medio de una composición sobre otra, de un lienzo dentro de otro”, señala Juan Carlo Rico en "Teorema", acerca del catálogo de Alonso. A lo largo de 20 años, se puede observar la evolución en la obra, tanto en la técnica como en la temática, con cuatro aspectos reseñables, que funden la obra con el espacio que las alberga, según se expone en el blog del propio autor.

La división del espacio en franjas verticales, por su parte, crea “un efecto persiana, donde se nos cuenta a través de las rendijas lo que realmente sucede en el cuadro”, expone Alfonso Albacete en 'Entrelíneas' sobre la obra de Alonso en el catálogo 'Pintura dEspacio', la cual se interrelaciona con toda la arquitectura carcelaria. Avanzando, encontraremos obras realizadas con goteos de pintura, bajo el título Llueve tiempo; “la dimensión temporal, el tiempo como dimensión, se asociaba al tiempo meteorológico, al tiempo “que hace” confundido con el tiempo “que pasa”, haciendo visible una metáfora netamente poética en la que el paso del tiempo se convierte en un accidente climatológico”, indica Juan Pablo Wert en 'Navegación de cabotaje'.

En La Nave pude ver, para mi asombro, a la arquitectura convertida en pintura, por medio de una composición sobre otra, de un lienzo dentro de otro

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La única obra que alberga figuras, “Para que no se te olvide” (2013), representa al ser humano olvidado, en el centro de la profunda materialidad, rodeado de todo aquello que resulta inalcanzable. Cerrando esta exposición, nos encontramos con un cuadro que representa un interior abierto al exterior, donde Miguel Cerceda, en 'Paisajes planeados', destaca “que el paisaje ya no parece abrirse, bajo la forma del plano, sino más bien con la apariencia de una ventana que se abriese en el interior de una habitación con vistas al mar... adquiere la apariencia de reflejos en un espejo roto". En definitiva, "una ventana a través de la que se mira de forma esperanzadora".