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Tribuna Abierta VOX Móstoles
La casa de los lios
Móstoles |

Cuando comenzó el mandato hace casi ya dos años, ninguno de los que conformamos la corporación municipal imaginábamos el estado en el que nos íbamos a encontrar a estas alturas.

Y no me refiero a la situación de una pandemia mundial o a las nefastas consecuencias de una nevada histórica, que también, sino a la situación que atraviesan en este momento las dos empresas municipales del Ayuntamiento de Móstoles: Móstoles Desarrollo y el Instituto Municipal del Suelo.

El deterioro que están sufriendo estas dos empresas municipales ponen en entredicho la credibilidad del gobierno local a la hora de gestionar los intereses de los vecinos de Móstoles.

A finales de mayo, asistimos con perplejidad a la dimisión “por motivos personales”, del director técnico de la empresa Móstoles Desarrollo, que asumía la dirección de la misma. Esta fue la causa que también alegó su predecesora, que duró en el cargo apenas un mes desde su nombramiento. Todo ello, como consecuencia del cese de la gerente, cuando apenas llevaba seis meses en el cargo. Estamos en el ecuador de la legislatura y, en tan sólo dos años, ya van a pasar por la dirección cuatro personas.

Una empresa municipal de la importancia que tiene Móstoles Desarrollo no debería estar sometida a los vaivenes de los cambios en la dirección de la misma, máxime cuando su objeto social es tan importante para nuestra ciudad, en este momento de incertidumbre económica.

Hay que recordar, que esta empresa nació con el objeto de promover, fomentar e impulsar la actividad económica del municipio y para ello llevaría a cabo actividades de formación para desempleados, tareas de promoción del empleo y orientación laboral, además de la potenciación de los sectores industrial y terciario de nuestro municipio, entre otros muchos objetivos.

A día de hoy nos situamos nuevamente en la casilla de salida, con una empresa descabezada por la mala gestión del gobierno local, que es incapaz de sacar rendimiento a una empresa de vital importancia en un momento de máxima necesidad.

Cabría preguntarse, cuáles son los motivos reales para los ceses fulminantes o para estas renuncias por motivos personales. ¿A qué presiones someten a la dirección de la empresa para que todos acaben dejando el cargo?

Nuevamente nos encontramos con un juego de intereses manejado desde la primera planta de la Casa Consistorial. Desde allí usan a las personas a su antojo y cuando no se someten a los caprichos del momento, acaban en las listas del paro.

El problema viene dado, porque nadie hasta el momento ha tirado de la manta, pero no descarto que antes de que acabe este mandato se pueda conocer lo que allí sucede.

A estas alturas, todos los vecinos de la localidad conocen sobradamente los ceses y despidosque se han producido en el departamento de intervención y en otros departamentos del áreaeconómica del ayuntamiento. Algunos de ellos llevados a la justicia y ganados por el recurrente, como el caso de Sergio Gil