Una dura condena que muestra en Ulises una metáfora del viaje de la vida, de los desafíos a los que hacer frente y de la ansiada meta
Si algo conoce el público, en general, del nombre de Ulises es su incansable lucha por poder regresar a su patria, a Ítaca, donde le espera su amada Penélope.
Pero, ¿por qué Ulises no podía regresar? Porque decidió desafiar nada más y menos que a Poseidón, dejando ciego a su hijo Polifemo, lo que provocó, como era de esperar, la ira del dios de los mares y los océanos. El castigo: vagar sin rumbo por el mar sin poder regresar a su hogar.
Una dura condena que muestra en Ulises una metáfora del viaje de la vida, de los desafíos a los que hacer frente y de la ansiada meta. Cada uno con su particular Ítaca.