España ya piensa en la desescalada. El paso del confinamiento a la plena libertad de movimiento de la población será “gradual”, en palabras del presidente del Gobierno, y “asimétrica” a nivel territorial dependiendo del número de casos y la capacidad de su sistema sanitario. Precisamente en este último punto es en el que se sustenta el criterio del ejecutivo central para decretar qué zonas serán las primeras en iniciar la desescalada.
Ante la falta de una vacuna contra el coronavirus o una inmunidad poblacional alta, el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) ha establecido como “esencial” que las autonomías dupliquen la capacidad de sus Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) ante la posibilidad de un nuevo repunte en el número de casos. La Atención Primaria, es decir, los centros de salud también tendrán un papel fundamental en la vuelta a la normalidad. Según el documento elaborado por el CCAES, los centros de salud deberán contar con instalaciones exclusivas para atender casos sospechosos o, en su defecto, tener un doble circuito de entrada de pacientes.
Hasta que no estén definidos y no se haga un análisis cuantitativo y cualitativo, no podemos saber qué comunidades cumplen requisitos
Las autonomías tendrán también algo que decir en la determinación de las áreas que recobrarán antes la normalidad, aunque no podrán decidir libremente el ritmo de esa desescalada. “La delimitación de las áreas geográficas se acordará con las comunidades autónomas”, aseguraba ayer el ministro de Sanidad, Salvador Illa, quien precisamente hoy concretará los indicadores que deben cumplir las autonomías. “Hasta que no estén definidos y no se haga un análisis cuantitativo y cualitativo, no podemos saber qué comunidades cumplen requisitos”, avanzaba en la rueda de prensa ofrecida ayer en Moncloa.