Isabel Díaz Ayuso es, oficialmente, la nueva presidenta de la Comunidad de Madrid. Lo hace tras tomar posesión del cargo en una ceremonia en la que ha esbozado a grandes rasgos cuál será su hoja de ruta para la próxima legislatura. Los pilares sobre los que se asentará su mandato serán “la libertad, la bajada de impuestos y la eficacia en los servicios públicos”. Unas premisas que Ayuso se ha esforzado en reivindicar desde que el pasado mes de enero se anunciara su candidatura para liderar el ejecutivo regional.
Ayuso ha pronunciado su discurso con guiños a Ciudadanos, el primer socio de Gobierno en la historia de la Comunidad de Madrid, y la importancia de alcanzar acuerdos con Vox. Una declaración de intenciones que ha contado con la plana mayor del partido como testigos, entre ellos, Pablo Casado.
Lista de deseos
Uno de los ambiciosos, aunque ambiguo, reto que se ha propuesto Ayuso pasa por hacer que “Madrid siga siendo el faro de España”. Su lista de deseos también la componen aquellas medidas necesarias para agilizar la administración, eliminando trabas a los madrileños. “Quiero servir a una administración que funcione con los madrileños, no sobre ellos. Que esté a su lado, no sobre sus espaldas. Que ofrezca oportunidades, no que las ahogue”. Para la nueva lideresa regional la solución pasa por implementar el uso de las nuevas tecnologías.
También ha tenido palabras para una Sanidad que cataloga como “de referencia” a nivel nacional y sitúa entre las mejores de Europa". En esta legislatura se continuará la reforma de las infraestructuras sanitarias, a lo que se une el compromiso del nuevo ejecutivo de reducir a la mitad las listas de espera y aumentar el tiempo de dedicación al paciente en atención Primaria. Importantes compromisos que esperan a una Consejería que, aún, permanece huérfana a falta del nombramiento de un nuevo titular.
Su discurso lo han completado palabras para la educación bilingüe de los centros educativos madrileños, el empleo y su compromiso de “hacer las cosas bien”. “Hacer las cosas bien es una frase sencilla que para el gobernante encierra la esclavitud de no permitirse ni un solo error, de multiplicar la exigencia personal y, me temo, de no quedar nunca satisfecha por buenos que parezcan los resultados”.
Unas palabras cargadas de significado para un PP que no ha vivido sus mejores momentos en la Comunidad de Madrid con la salida de Ignacio González y Cristina Cifuentes.