Gracias a esto, la Comunidad de Madrid sigue siendo uno de los bastiones más importantes de un Partido Popular que está sumido en una profunda crisis desde que Ciudadanos ha empezado a crecer exponencialmente y desde que Vox se ha situado en la primera línea política. Además, el hecho de haber conseguido formar gobierno implica un cambio de paradigma, ya que se deja de hablar acerca de quién ocupa los cargos de responsabilidad para empezar a enfocarse en las necesidades concretas de la región y su población.
Una estabilidad política imprescindible también a nivel nacional
De este modo, esperamos que la estabilidad que comienza a partir de ahora en la Comunidad de Madrid sirva de ejemplo también a escala nacional, ya que los pactos políticos se han convertido sin lugar a dudas en una de las asignaturas pendientes de nuestros representantes. Eso sí, este fenómeno no es propio tan solo de España, sino que puede extrapolarse perfectamente a muchos de los países europeos como Italia o Reino Unido, donde debido al Brexit todo apunta a un adelanto electoral (especialmente tras la renuncia de Theresa May a finales de junio) si prestamos atención a los pronósticos que desarrollan la gran mayoría de las casas de apuestas, como podemos observar a través del siguiente enlace: https://www.betfair.es/sport/politics.
Díaz Ayuso, un nuevo referente político para los “populares”
Por último, debemos destacar el gran progreso político que ha realizado Isabel Díaz Ayuso en los últimos años más allá de las preferencias políticas, ya que llegaba a unas elecciones autonómicas siendo una auténtica desconocida y ha sabido fraguarse un hueco entre la élite de un Partido Popular que necesita irremediablemente nuevos líderes, como podemos observar a través del siguiente enlace: https://elpais.com/ccaa/2019/08/15/madrid/1565882390_260663.html. De hecho, ha sido capaz de sentar en la misma mesa a dos partidos políticos como Ciudadanos y Vox, consiguiendo elaborar un programa de gobierno y una serie de pactos que otorgan solidez a su proyecto político para los próximos cuatro años, una misión en la que han naufragado otros representantes con mucha más experiencia.