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Tribuna Abierta PP Leganés
El impuesto silencioso sobre las familias
Leganés |

Cualquier persona que se encargue con cierta frecuencia de la cesta de la compra se habrá echado las manos a la cabeza al comprobar que la cuenta, en sólo unas semanas, se ha disparado de forma alarmante y ha llevado la preocupación a la mayoría de las familias, a las que no le cuadran las cifras para llegar a final de mes por muchos números que echen.

La mayoría de los productos frescos, indispensables en una dieta, ha experimentado un aumento en su coste que amenaza, especialmente, a las rentas medias y a las clases más humildes, que en ocasiones tienen incluso que echar mano de sus ahorros ante una escalada de los precios cuyo fin no parece cercano. Lo mismo ocurre a la hora de llenar el depósito de gasolina, una circunstancia que afecta al común de los mortales y que impacta de lleno en el transporte -por tierra, mar y aire- y en la movilidad, como es el caso de los taxis, Uber o Cabify.

O con la factura de la luz, la más cara de la historia para los clientes, que no aciertan a comprender por qué el Gobierno de Pedro Sánchez no acepta las soluciones que se le ofrecen para abaratar el recibo. Todas esas subidas de los precios forman parte de lo que los expertos denominan como el 'impuesto silencioso', una acertada expresión para referirse al Índice de Precios al Consumo (IPC), que a finales de octubre pulverizó todas las previsiones al subir un 5,5%, un dato que no se conocía desde hacía tres décadas.

Cualquier dirigente responsable estaría preocupado por este fenómeno en el alza del coste de la vida, pero al presidente Sánchez no parece quitarle el sueño

Cualquier dirigente responsable estaría preocupado por este fenómeno en el alza del coste de la vida, pero al presidente Sánchez no parece quitarle el sueño un asunto que trae por la calle de la amargura a la mayoría de ciudadanos. ¿Por qué? ¿A qué se debe ese comportamiento del presidente del Gobierno? Una subida de los precios implica, directamente, un incremento considerable de la recaudación a través de un impuesto indirecto como el IVA, que pagan por igual el rico y el humilde, pero que afecta mucho más a las rentas bajas porque su capacidad para afrontar esa subida es inferior a la de cualquier otra persona.

Sánchez, que arrastra a España hacia el desfiladero por su errática política económica y por la gigantesca deuda que genera, usará ese dinero para pagar generosos sueldos a sus estómagos agradecidos, para sus despilfarros y para contentar a sus socios independentistas. Se trata, en definitiva, de un auténtico robo a mano armada. Lo expuso a la perfección Margaret Thatcher a finales de 1990 durante un vibrante debate en el parlamento británico: "La oposición (de izquierda) dice que prefiere que los pobres sean más pobres con tal de que los ricos sean menos ricos".

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