De la presidenta Isabel Díaz Ayuso se ha escrito de todo, pero quiero subrayar de ella cualidades que le servirán para lograr un respaldo abrumador, procedente de ciudadanos con una ideología muy diversa, en las elecciones del 4 de mayo: sus valores, sus ideas, su determinación a la hora de tomar decisiones en la lucha contra el virus y su defensa de los intereses de la Comunidad de Madrid.
Su proyecto político, conocido por todos y basado en consolidar un estilo de vida a la madrileña, como le gusta decir, garantiza la libertad de elección de los padres en la enseñanza de sus hijos, el fortalecimiento de la sanidad pública, que cuenta con enormes profesionales que se dejan la piel a diario, el respeto a la propiedad privada y el firme apoyo a los autónomos, a los comerciantes y a los hosteleros, que son auténticos héroes por levantar cada día la persiana de sus negocios en el marco de una pandemia que ha arrasado con todo.
Pero todas estas conquistas, que los madrileños hemos logrado a base de esfuerzo, trabajo y sacrificio, está en peligro porque la 'coalición contra Madrid', derrumbada en las encuestas y ampliamente superada por esa 'rockstar' en que se ha convertido Ayuso, está decidida a acabar con todo aquello que signifique libertad, prosperidad y empleo. Y como no encuentra la fórmula para neutralizar el avance de la presidenta, recurre al insulto y a los ataques hacia los madrileños. Han dicho de todos nosotros que somos unos insolidarios, que somos bombas víricas que esparcimos el Covid, que somos machistas, racistas y homófobos, que somos el '100 montaditos' de Europa y que fomentamos el turismo de borrachera, al más puro estilo de Magaluf.
El 4 de mayo tenemos en nuestra mano la oportunidad de castigar a los que nos agreden y la ocasión de unir el voto en Isabel Díaz Ayuso, que como se ha demostrado está dispuesta a lo que sea por Madrid, por los madrileños y por la libertad, amenazada por un Gobierno socialista que quiere disolver la separación de poderes, que señala a jueces y periodistas, que jalea a los que incendian las calles, que pacta con golpistas, que nos conduce al precipicio económico y que arrastra unos datos inaceptables de muertes a causa de la pandemia. El 4 de mayo tenemos que elegir: comunismo o libertad. Yo lo tengo claro: apuesto por la libertad. Quiero que mis vecinos duerman tranquilos y que les dejen en paz.