Les doy la razón a todos aquellos que dicen que la bandera española, su Majestad Felipe VI, la unidad de España y la Constitución no pertenecen en exclusiva al Partido Popular. Se la quito a los que dicen que nos hemos apropiado de los símbolos de nuestra maravillosa nación. ¡Qué más quisiéramos nosotros que todos se sintiesen orgullosos de nuestra bandera como en Francia, el Reino Unido, Alemania o los Países Bajos, repúblicas y monarquías por igual! ¡Qué más quisiéramos nosotros que todas las formaciones políticas respetasen al Jefe del Estado; a nuestro Rey! ¡Qué más quisiéramos nosotros que todos fuésemos a una en la defensa de la unidad de España!
La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, dice textualmente nuestra Carta Magna, por lo que la unidad de España no puede ser más constitucional. Y yo no solo estoy totalmente de acuerdo, es que estoy muy orgulloso de lo que dice.
También estoy muy orgulloso de que el Partido Popular no sea hipócrita a la hora de defender la Constitución. De palabra y obra. De que no sea un partido constitucionalista de ‘boquilla’.
A los constitucionalista de “boquilla’ les he escuchado enardecidos ´vivas’ a la Constitución, a España y al Rey. Se lo he escuchado a los que luego callan, y por lo tanto otorgan, ante sus mayores. Y sobre todo ante el mayor de los mayores. A ése que por espurios y arteros intereses políticos maniobra desde hace años al margen de nuestra Ley de Leyes, la que selló el abrazo entre mis abuelos, de ideologías opuestas, en un pequeño pueblo de la provincia de Cuenca hace más de 40 años.
Estoy con nuestra instituciones, estoy al lado de Felipe VI, amo a mi bandera y defiendo y estoy orgulloso de la Constitución Española.
Ése y sus adláteres no defienden la Constitución, la manosean y la utilizan para apartarla en el rincón del olvido cuando no les sirve o interfiere en sus planes.
Me gustaría dejar algunas cosas muy claras en este artículo.