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Tribuna abierta PSOE Las Rozas
Edadismo Laboral
Las Rozas |

Hace tan solo un año para muchos de nosotros con trabajos exigentes, un día normal se convertía en una jornada maratoniana con negociaciones en varios idiomas, con objetivos de empresa que cumplir y con indicadores de control exhaustivos.

El COVID lo cambió todo para todos. Tras algunos meses manteniendo a sus trabajadores en ERTE, algunas empresas empezaron a adelgazar sus plantillas, mediante ERES o despidos individuales. La reforma laboral del PP permitió que las empresas pudieran despedir con un coste mínimo, incluso a personas con décadas de antigüedad.

El número de mayores de 50 años desempleados se ha duplicado en España en los últimos diez años. A finales del 2020 el 25% de las personas en situación de desempleo eran mayores de 50. Y la mayoría son mujeres, que en muchos casos pasan de ser profesionales de prestigio en sus áreas y en sus empresas, a ser prácticamente invisibles para el mercado de trabajo y para la sociedad.

El paro es difícil y desmoralizante a cualquier edad, pero a partir de los 50 implica dificultades adicionales. Da igual la experiencia, las aptitudes, los idiomas que domines o tus logros profesionales. Eres simplemente demasiado viejo y no encajas en lo que buscan los departamentos de RRHH. Si además eres mujer, doble dificultad. Ves cómo se acerca la jubilación y cómo tus proyectos de futuro se han quedado atrás. Imposible seguir cotizando al mismo nivel que antes, la vejez se presenta incierta.

En este contexto, creemos que se deben poner en marcha con urgencia políticas activas de empleo orientadas a este colectivo, también desde las Administraciones locales.

Una políticas de empleo que deben ir más allá de los clásicos cursos de reciclaje o de fomento del emprendimiento, para actuar directamente en la clave del problema, que en la mayoría de las ocasiones no es la falta de conocimientos o de habilidades, sino lo que se empieza a llamar “edadismo laboral”: las empresas simplemente no consideran emplear a mayores de 50 años salvo para puestos muy concretos. De hecho, la OMS ha reconocido ya la discriminación por edad como un problema al mismo nivel que las diferencias por sexo o raza.

Es hora de luchar contra esta discriminación. Políticas fiscales que incentiven la contratación de este colectivo, campañas de concienciación, bolsas de trabajo, empleo público, todas pueden ser herramientas adecuadas y necesitamos desarrollarlas lo antes posible.

Sacar a los mayores de 50 del mercado de trabajo tiene unos enormes costes, no solo en clave personal y familiar, sino para el conjunto de la sociedad. No podemos permitirlo.