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Un empate que sabe a poco
Nuestro Ínter estuvo a punto de ganar tras el tanto inicial del URJC Móstoles
Humanes de Madrid |

Gran partido de fútbol el que vivimos en la mañana de este domingo. Llegaba a Moraleja un URJC Móstoles necesitado de puntos y de victorias, al igual que los nuestros, que desde el pasado 22 de noviembre no disfrutan de la alegría de un partido ganado.

La primera mitad fue de claro dominio visitante. Los de Michel salieron a por la victoria desde el primer minuto. La primera ocasión no tardaría en llegar en los pies de Mario Duque, pero el meta local solventaba el peligro con una gran parada.

Las fuerzas, con el paso de los minutos, se fueron igualando. Sin embargo, el Móstoles encontraría recompensa a su buen inicio con un gol a la contra de Moha. Una gran jugada individual que servía para que los azulones se adelantaran en el marcador.

Los nuestros no se vinieron abajo y comenzaron a buscar el empate sin descanso. Roberto tuvo una gran ocasión, enviando el balón a la cruceta desde fuera del área. A pesar del resultado negativo, las sensaciones hacían prever una segunda mitad de ataques constantes de los moralejeños.

Los nuestros desde el pasado 22 de noviembre no disfrutan de la alegría de un partido ganado

La segunda parte comenzó con un Juli inmenso. El capitán no paró de intentarlo, probando suerte incluso desde fuera del área. Pero ahí apareció, otra vez, Álex Fernández. El delantero entró en el terreno de juego y, el primer balón que tocó, lo metió dentro de la portería mostoleña. Un premio para nuestro jugador, después de haber superado una grave lesión que le ha tenido apartado de los terrenos de juego.

El tanto del empate enloqueció el encuentro. Ambos conjuntos se volcaron al ataque y buscaron la victoria, sabedores de lo importante de los tres puntos. Las ocasiones, sin embargo, llegaban por el lado local, pero ninguna se pudo concretar.

A falta de diez minutos para la finalización del encuentro, Adrián Bravo anotaba el 2 a 1, pero el colegiado lo anulaba por falta sobre el defensor en el remate. Tras ello, y con las últimas oportunidades para los dos equipos, el árbitro señalaba el final. Un reparto de puntos que no deja contento a ninguno.