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Y Marcelino consiguió lo que quería
Sus presiones sirvieron para decantar una eliminatoria en la que el Geta salió perjudicado por el árbitro
Getafe |

Por todos es conocida la expresión “quien no llora, no mama”. Un dicho popular que sirve para explicar lo que ha sucedido en la eliminatoria de cuartos de final entre el Getafe y el Valencia. Un duelo que, sin duda, se ha vestido de polémica con la colaboración directa de Marcelino, entrenador de los ché.

Quizás, las palabras del técnico del equipo con mayor enjundia, son suficientes para poner nervioso a un árbitro que se vio desbordado en un partido que le venía grande. Sus decisiones marcaron el devenir de un encuentro que tuvo un final amargo para nuestro Geta.

Jorge Molina se encargó de poner las cosas muy de cara a los getafenses, que se adelantaban en el minuto 1 con gol de un delantero que está para ir a la Selección nacional. Sin embargo, y con una defensa muy seria, el equipo se empezó a cargar de tarjetas, una situación que, en muchos casos, era forzada por la manera de interpretar las situaciones del árbitro.

 El Valencia, que estará en semifinales después de presionar, por todos los medios, tanto a los rivales como a los árbitros

Incluso, el VAR sonreía a los azulones, que veían como, ya en la segunda mitad, el vídeo arbitraje anulaba el tanto del empate de Santi Mina. Pero una expulsión aún incomprensible de Djené en el minuto 73 con 1 a 1 en el marcador, lo cambió todo.

El colegiado pitó en contra del Geta una falta que fue del Valencia, provocando la segunda amarilla del defensa getafense. La expulsión, además de la gran actuación de Rodrigo Moreno, daba la vuelta a la eliminatoria para un Valencia que estará en semifinales después de presionar, por todos los medios, tanto a los rivales como a los árbitros.

La forma de terminar el partido, con una tangana que involucró a los dos equipos, sirvió para cerrar unos cuartos de final que, por otro lado, abren una nueva rivalidad en España. Quizá, para la próxima, convendría que Marcelino fuese un poco más cauto.