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Desconocíamos su faceta de poeta hasta que lanzó su primera publicación, dejando atónito al público por su atrevimiento a la hora de hablar sin tapujos de los sentimientos. Isidoro Ortega es por todos los fuenlabreños conocido como concejal de Educación, pero pocos sabían de su pasión por la escritura, a excepción de su hija; la que terminó de convencerle para abrirse al mundo.

Fue con ese ‘Vestida de estrellas’ (Entrelíneas Editores, 2017) con el que rompió la barrera del miedo, para continuar con ‘Ninfas de Arrebol’ (Entrelíneas Editores, 2018) y culminar, ahora, esa trilogía con ‘En nombre del Árbol-Nube’ (Entrelíneas Editores, 2019).

Una obra que mantiene el espíritu y la estética fantástica, además de la especial oda a la figura femenina que el escritor ha querido perpetrar en sus poemas. Una figura en la que, entiende, “se ven reflejadas todas las mujeres de mi vida, sin las que no sería yo”.

Tres intensos años

Sus anteriores publicaciones contaron con hasta seis ediciones, y ‘En nombre del Árbol-Nube’ parece que no piensa bajar el listón. Salió a la venta a finales del mes de marzo y ya se está editando su segunda edición, algo que Isidoro recibe como “un honor y un placer por que a los lectores les esté gustando tanto”.

Si tuviera que reconocer alguna especial diferencia entre esa primera publicación y esta tercera, cree que lo más reseñable es que “ahora, sí escribo pensando, también, en quién lo va a leer. Si va a gustar o no”. Asegura que ‘Vestida de estrellas’ no tuvo ningún tipo de premeditación en ese sentido. “Era yo, sin pensar si iba a conectar o no”. Ahora, como autor de tres poemarios, siente “una responsabilidad para con el público”.

‘En nombre del Árbol-Nube’ cierra una etapa para Isidoro Ortega, con la que pondrá broche final con su presencia tanto en la Feria del Libro de Madrid como en la Feria del Libro de Fuenlabrada. Y nos adelanta: “en 2020, volveré a la carga. Por ahora, es tiempo de este Árbol-Nube”. Que así sea.