Somos muchos quienes hemos notado cómo la percepción del tiempo se ha visto alterada durante la cuarentena. No importa si te has sentido protagonista de 'El Día de la Marmota' o si has acabado perdiéndote en saltos temporales que superaban los de 'Matrix'. Lo cierto es que sumamos ya dos meses de confinamiento y es fácil que este tiempo haya causado estragos en tu cuerpo que nunca antes habían experimentado.
Las preocupaciones nos han provocado estrés y nuestra piel se ha encargado de somatizarlas y, por supuesto, de mostrarlas en forma de acné. La falta de luz solar o la exposición al ambiente que crean las calefacciones y una mala alimentación también pueden favorecer la proliferación de granos y rojeces.
Nuestro cuerpo puede responder visiblemente a la situación de confinamiento que atravesamos
El insomnio ha sido otro asunto que hemos enfrentado durante esta cuarentena, ya sea por nerviosismo o por la ruptura de nuestras rutinas. Sin embargo, por la noche pueden darse otro tipo de problemas, como el bruxismo, ya que la tensión hace que apretemos la mandíbula involuntariamente y que pasemos los días con malestar en esa zona sin saber cuál es el motivo.
Las preocupaciones parecen anidar en nuestra cabeza, cuello, hombros y espalda para generar dolor durante estos días, algo que se agrava por las malas posturas y la falta de movilidad. Por eso es tan importante estirar y hacer ejercicio, con el que combatiremos también la pesadez e hinchazón en las piernas.
Ya queda menos para alcanzar el desconfinamiento total, pero, mientras ese momento llega, intenta no darle más importancia de la que tienen estas consecuencias y mantén hábitos saludables para paliarlas.