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La Orquesta Ciudad de Alcalá celebra el 250 aniversario de Beethoven
Conmemorarán a este gran compositor con un concierto que tendrá lugar esta tarde a las 20:00 en el Teatro Salón Cervantes
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En la celebración del 250 aniversario del músico más famoso de todos los tiempos, la Orquesta Ciudad de Alcalá ofrece dos obras que resumen su gran aportación a la música clásica Egmont, Opus 84 y la “Sinfonía en la mayor, la séptima”, bajo la dirección de Vicente Ariño. El concierto tendrá lugar esta tarde a las 20:00 en el Teatro Salón Cervantes, las entradas pueden adquirirse en taquilla o en la página web: www.culturalcala.es

Egmont, Opus 84, es el nombre de un conjunto de diez piezas de música incidental compuestas por Ludwig van Beethoven para la representación de la tragedia del mismo nombre escrita por Johann Wolfgang von Goethe en 1788. Consiste en una obertura, que es la pieza más conocida de ellas, que forma parte del repertorio sinfónico habitual, seguida de nueve piezas para soprano, voz masculina narrador y orquesta sinfónica. Beethoven la compuso entre octubre de 1809 y junio de 1810, y fue estrenada el 15 de junio de 1810.

La obra fue muy elogiada tras su estreno por el propio Goethe que manifestó públicamente su admiración por la genialidad de Beethoven. Desde entonces es un clásico en las salas de conciertos y una de las 10 oberturas más interpretadas según el registro mundial de la asociación de orquestas sinfónicas en estas dos primeras décadas del Siglo XXI.

Lo bueno, lo bello, no ha menester de las gentes. Está ahí, sin ayuda de nadie…

Por otra parte, el éxito incontestable de la “Sinfonía en la mayor, la séptima” que terminaría siendo conocida como la del Nuevo Imperio, se debió en parte a la presencia entre los atriles de la orquesta de algunos músicos ilustres (Spohr, Moscheles, Meyerbeer o Salieri), pero sobre todo al brote de sugestión colectiva que provocaron las imágenes de la Séptima, cuya música no era en absoluto evocadora ni descriptiva de nada ni se alimentaba de ninguna palabra. Pero que suscitó todo tipo de ideas e imágenes. La reacción de Beethoven “Lo bueno, lo bello, no ha menester de las gentes. Está ahí, sin ayuda de nadie…”.

Sus palabras no impidieron que Wagner se refiriera a ella como “la más feliz realización de los movimientos del cuerpo en forma ideal”. Era una manera de subrayar el carácter dancístico de la partitura, aunque existe el testimonio de un asistente al estreno que analiza precisamente los movimientos del cuerpo de Beethoven mientras dirigiría la Séptima: “Al mismo tiempo que venía el sforzando abría los brazos, que antes tenía cruzados sobre el pecho. Cuando la orquesta debía interpretar un piano, se agachaba todo lo bajo que quería que sonara. Luego venía un crescendo y entonces se enderezaba poco a poco hasta que entraba el forte, que subrayaba con un salto en el aire o incluso dando gritos…”.